Parece elemental

Un análisis comunitario sobre el costo de la pobreza
Elemental es lo que no puede volver a dividirse. Lo que está en los fundamentos. Los ladrillos de la realidad. Elementales son las cosas que damos por sentadas, pero cuando falta algo elemental, falta algo importante. Elemental es el agua, la luz, el fuego, la tierra. Pero también la información. Este trabajo es el resultado de un relevamiento comunitario sobre las condiciones de vida en los barrios más pobres. Un ensayo sobre la precariedad. Elemental es decir esto.

INTRODUCCIÓN

El Observatorio Villero es una herramienta que creamos desde La Poderosa, en 2020. Está conducido por vecinos y vecinas de los barrios populares y su objetivo es visibilizar las condiciones de vida en las villas, asentamientos y barrios populares de la Argentina. Las personas que habitamos en los barrios somos quienes salimos a relevar nuestra realidad, convirtiéndonos en sujetos activos, protagonistas de una historia que hay que poder contar con datos.

En 2022 decidimos realizar un Relevamiento de Condiciones Habitacionales, con la colaboración de la Fundación Rosa Luxemburgo. Para eso diseñamos un cuestionario que incorporaba el conocimiento práctico de nuestros territorios, es decir, las variables y las preguntas que mejor nos permitieran describir nuestra vida cotidiana.

Relevamos los datos de 1222 viviendas en 23 villas y barrios populares de todo el país. Preguntamos sobre las condiciones materiales de las viviendas y el hacinamiento, sobre el acceso al agua y al saneamiento, a la electricidad, al gas, sobre la conectividad, sobre la distribución de espacios verdes y las inundaciones. A continuación, se presentan algunas de las preguntas realizadas y los resultados obtenidos. Son datos duros. Pero más duro es cuando no se relevan.

Agua

Beber / bañarse / cocinar

Los orígenes del problema son múltiples, pero como quien dice, todos los ríos dan al mar y la realidad es una sola: el 63% de las conexiones que brindan agua a las personas que viven en los barrios populares son informales. En Ushuaia (Tierra del Fuego) los caños se congelan en invierno. En La Tosquera (Corrientes), el agua sale con poca presión y sucia: para darle de comer a 150 familias, en el comedor comunitario juntamos agua a la noche en un tacho. El 15% del total de las viviendas relevadas dependen de pozos de agua y camiones cisterna, pero las municipalidades no envían nunca suficientes camiones y el agua no alcanza. ¿La solución? Comprar agua embotellada, resignando otros gastos como ropa o útiles escolares.

Luz

Iluminar / refrigerar

Barrios como la Villa 21-24 (Ciudad de Bs. As.) llevan más de una década bajo la carátula judicial de "Emergencia eléctrica". Una de cada dos instalaciones intradomiciliarias tiene cableados a la vista, sobre la pared. Los cortes intermitentes queman los electrodomésticos y ni hablar de bombear agua o enchufar un nebulizador. Si llueve, hay que caminar con miedo entre marañas de cables, postes inclinados, fusibles a la intemperie. Si prendés una estufa, te quedás sin luz. Hacer las compras para todo el mes es más barato que hacerlas día a día, pero las cosas se terminan pudriendo en heladeras inertes.

Fuego

Cocinar / calefaccionar

El invierno es "temporada de incendios". Braseros y velas se vuelven recurrentes iniciadores de accidentes y hay que estar atentos para socorrer familias que lo pierden todo. En el Barrio Madres a la Lucha (Río Gallegos, Santa Cruz) las temperaturas alcanzan los -17° y tenemos que usar la salamandra a leña, pero las paredes están hechas con placas de madera prensada y se sobrecalientan. Más de una vez hubo que reconstruir desde las cenizas.
No hay gas natural. La calefacción, la cocina cotidiana y la labor fundamental en comedores y merenderos se ven seriamente afectadas por la falta de este suministro esencial. ¿Cuánto cuesta una garrafa? ¿Cuánto cuesta la leña? ¿Qué precio tiene para nuestra salud la falta de gas en invierno cuando el frío aprieta?

Durante el invierno de 2022, en barrios como Fiske Menuco (Río Negro), el precio de unos ocho atados de leña, necesarios para pasar el mes en temperaturas bajo cero, costaba alrededor de $20.000. En el barrio Balneario (Salta), hay familias que por no tener acceso al gas ni a la electricidad, pero tampoco a la leña, se calefaccionan directamente poniendo basura en sus braseros.
Casi un 15% de estas viviendas no puede permitirse gastar en leña, carbón, una estufa eléctrica o una garrafa para calefaccionarse. A inicios de 2023, el precio de cada garrafa rondaba en la Argentina los $1500 a $3000, según el barrio de residencia. En el caso de nuestros comedores y merenderos, se necesitan —como mínimo— cuatro garrafas a lo largo del mes para la realización del trabajo comunitario. Sin propuestas ni respuestas del Estado, la solución en nuestros barrios se torna autogestiva.

Tierra

Infraestructura / espacio público / deshechos

La concepción de la tierra, para nuestros barrios, no tiene que ver únicamente con la lógica de la propiedad privada o el terreno. Generación tras generación, venimos construyendo hacia arriba o hacia los costados, “parcelando” el espacio con nuestras propias familias porque es muy difícil mudarse o alquilar. Las inundaciones nos dejan bajo el agua recurrentemente, pero seguimos adelante. Porque el territorio, para nosotros, también abarca los espacios comunes que construimos, como los comedores y las Casas de las Mujeres y Disidencias; las zonas verdes que tanto nos faltan o incluso los basurales a cielo abierto. El Barrio San Martín (Paraná, Entre Ríos) tiene uno enfrente. La ironía es que un basural no es nunca sólo un basural: es a la vez la fuente de ingresos de muchas familias que, todos los días, están allí, desde que sale el sol hasta que se oculta, para ver si pueden reciclar y vender lo que otros desechan.
Hay un trabajo invisibilizado. Desde los orígenes, estos barrios fueron construidos con el tiempo y esfuerzo que le dedicamos nosotros, los que los habitamos. Construimos cloacas y pozos ciegos, instalamos las conexiones eléctricas. También corren por nuestra cuenta las redes de agua, el zanjeo y la pavimentación. No hay espacios verdes. El Estado llega después, en acciones a cuentagotas, si es que llega. Siempre llegan primero las lluvias. Al no poseer sistemas pluviales formales (solo el 36% de las familias relevadas tiene acceso a cloacas), las viviendas, calles y pasillos colapsan, no solo por el agua, sino también por los residuos cloacales.
El Estado, a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, reconoce que en la Argentina existen 5000 basurales a cielo abierto. Lo que no aclara es que muchos de ellos se ubican en la periferia de nuestros barrios. De hecho, tres de cada cuatro basurales están ubicados en un radio de 500 metros de las viviendas relevadas. La contaminación de la tierra, el aire y el agua provoca afecciones a la salud, principalmente cutáneas y respiratorias, debido a las frecuentes quemas.

Información

Trabajar / estudiar / conocer

Nuestras asambleas trabajan bajo la premisa de que la conectividad es un derecho. Por ello, sobre todo desde la pandemia, venimos construyendo de manera autogestiva nodos de conectividad y redes Wi-Fi comunitarias en diferentes puntos del país. El 70% de las familias encuestadas no posee computadoras o dispositivos similares. El analfabetismo digital obstaculiza el desarrollo educativo de nuestras niñas, niños y adolescentes. Pero hay otras barreras. Sin conectividad, acceder y gestionar trámites de servicios sociales elementales, o el mero acceso a información, se torna muy difícil. Escribir y leer este mismísimo informe, sin ir más lejos, puede ser imposible.

CIERRE

¿Cuánto cuesta esta realidad? Cuesta mucho. Cuesta dinero, sí, pero también cuesta tiempo de vida. De nuestras vidas. ¿Cómo vivimos en estas condiciones? Muy mal, con mucho esfuerzo. Y sigue sin contarse, sigue sin saberse. No hay índices que traduzcan el impacto del hacinamiento. No hay estudios de impacto del uso de aguas no seguras o directamente contaminadas. No hay monitoreo del desborde cloacal a cielo abierto. Entre las quemas de los basurales y las inundaciones, entre apagones e incendios, ahí vivimos.

La comunidad está siempre al servicio de la comunidad, pero no puede ni debe reemplazar al Estado ausente. Sí, la comunidad se hace presente para sostener lo que de otro modo se viene abajo. Y acá, en este informe, también para mostrar y contar lo que las estadísticas oficiales no muestran ni cuentan.

Si parece elemental, es porque lo es.
DESCARGAR DATOS

METODOLOGÍA

El Relevamiento de Condiciones Habitacionales 2022 comenzó con el trabajo conjunto con referentes territoriales de los barrios involucrados e integrantes de otras organizaciones contactados específicamente. En particular, el cuestionario fue enriquecido con la mirada de integrantes del Proyecto Habitar y de Jóvenes por el Clima. A la par que se terminaba de ajustar el cuestionario final, definimos, —junto a distintos referentes de las regiones en que se subdivide el armado de La Poderosa—, los barrios en los que el relevamiento se llevaría efectivamente a la práctica.

La confección final del cuestionario se llevó a cabo en distintas reuniones virtuales en las que participaron referentes de nuestra organización que coordinan el trabajo en las distintas regiones del país, junto al grupo de vecinos y vecinas que se ocuparon luego de hacer los relevamientos. En una segunda instancia, se realizaron dos talleres en los que participaron 30 compañeros que representaban a los barrios involucrados en la investigación y que recibieron información indispensable para la apropiación del proceso de relevamiento posterior, pero que, además, contribuyeron a dar un cierre al cuestionario perfeccionado, a partir de comentarios y sugerencias.

Se utilizó para la toma de datos la herramienta ODK, una plataforma de código abierto. Este recurso es fácil de usar desde cualquier dispositivo móvil y permite a los usuarios completar formularios sin conexión a internet, pudiendo subir los relevamientos a los servidores posteriormente

El relevamiento incluye datos de 23 asentamientos/villas/barrios populares de la Argentina, de los cuales 19 están incluidos en el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP). Estas 23 locaciones alcanzan un total de 16 jurisdicciones nacionales : Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Formosa, Chaco, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Río Negro, Santa Cruz, Mendoza y La Rioja. Finalmente, el tamaño total de la muestra es de 1222 viviendas relevadas durante agosto del 2022. La unidad de observación es la vivienda, considerando aquella construcción que tenga entrada independiente dentro del lote, pudiendo haber varias viviendas en un mismo lote y, a la vez, varios hogares dentro de cada vivienda.

¿QUIÉNES HICIMOS ESTO?

Este trabajo colectivo rinde su homenaje a las trabajadoras comunitarias de todas nuestras asambleas, y sobre todo a nuestras históricas cocineras de todos los espacios alimentarios, que reclaman reconocimiento salarial ya. A todas ellas, que no solo sostienen cotidianamente cientos de espacios para la construcción de una mirada alternativa, villera, sobre la educación, el deporte, los derechos humanos, la perspectiva de género, la comunicación, la salud y el cooperativismo sino también por ser las orfebres de las encuestas que nutren a nuestro Observatorio Villero de La Poderosa. Sin la Fundación Rosa Luxemburgo, estas estadísticas populares no estarían ahora al alcance de quien lee. Gracias, claro que muchas gracias, a El Gato y La Caja, por su aporte fundamental para potenciar la difusión de nuestro relevamiento.